jueves, 29 de noviembre de 2007

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Sólo sabía que este cambio daría un giro a mi vida, podía parecer algo sencillo, pero nada más lejos. Era compartir tu vida con la persona que habías elegido ¿saldría todo bien?. Dudas y miedos se intentaban apoderar de mí, pero lo evitaban las ganas y la ilusión que había puesto en ello. Nunca es fácil cambiar el estilo de vida, pero si lo haces con gusto sabe muchísimo mejor.
La mejor entrada que pude tener la primera noche en mi nueva vida, fue la boda sorpresa que nos organizaron nuestros amigos. Una masía, la noche más mágica y corta del año, unos muy buenos amigos y mi futuro marido esperándome en el pórtico con su pajarita de papel de plata y su rosa mal cortada en la oreja. Yo caminaba hacia él con mi velo de papel higiénico y un ramo de malas hierbas en mi mano.
Me invadían un montón de sentimientos. Fue en ese momento cuando supe que este sería un año que pasaría a la historia, a mi historia.


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